Por: Carolina Vizuet Durán, Dra. C.
Licenciada en Psicología, Maestra en Ciencias de la Conducta, Doctora en Neurociencias.
Los trastornos de conducta (TC) en los niños o adolescentes pueden presentarse por factores diversos. Muchas veces ellos no son capaces de reconocer cuando algo les incomoda o los pone ansiosos y lo manifiestan a través de su conducta, con berrinches, faltar a las reglas, mentir, robar, golpear, etc.
Ante un TC, lo primero que se piensa es que existe en casa una mala disciplina o que hay un problema con los padres. Sin embargo, los TC se originan por situaciones diversas, tales como problemas en la dinámica familiar, por factores biológicos u orgánicos y/o por factores situacionales agudos.
Vemos muchas veces familias de más de un hijo, donde solo uno de ellos manifiesta el TC, si la forma de disciplinar es la misma para todos los hijos, entonces puede ser que en el hijo con TC exista un factor orgánico predisponente y que una situación específica que haya provocado ansiedad, incrementando la presencia de las conductas desapadptativas.
Las correcciones se hacen:
sin gritar, sin enojarse, sin ceder y consistentemente.
El Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales clasifica los TC para su mejor descripción y tratamiento. Entre varios trastornos están el trastorno negativista desafiante (TND) y el trastorno disocial (TDS).
Podemos sospechar de la presencia de TND cuando se presentan las siguientes conductas: patrón de comportamiento negativo, hostil y desafiante, berrinches, discusión activa con adultos, molestar a otros, acusarlos de su mal comportamiento, si es fácilmente molestado por otros, muestras de resentimiento y conductas vengativas.
Por otro lado, en el TDS existe la presencia de conductas repetitivas en donde se violan los derechos básicos de otras personas o las normas sociales, agresión a personas y animales (fanfarronear, amenazar, intimidar, peleas físicas, usar armas u objetos para agredir, robos y delitos sexuales), destrucción de la propiedad (incendios y destrucción de los bienes ajenos), fraudulencia o robo, mentiras y violación grave de las normas como escaparse de casa.
Los TC al ser multifactoriales son tratados de forma multimodal, es decir, a través de más de un abordaje terapéutico, tales como: El manejo conductual, el manejo cognitivo-conductual, el tratamiento médico, la psicoterapia familiar y el neurofeedback.
El manejo conductual siempre debe estar presente en el tratamiento de los TC, generalmente se enseña a los padres, quienes lo implementan de forma consistente para que se obtengan los resultados deseados con su hijo/a. Al ser tan importante dentro del tratamiento de los TC, ahondaremos un poco en él.
En el manejo conductual se aprende a detectar y modificar los antecedentes a la conducta, la conducta propiamente dicha y las consecuencias que suceden a la conducta. Veamos un ejemplo de esta triada:
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Antecedentes: Presencia de una golosina en la mesa al sentarse el niño para comer, el padre la toma y la retira de la mesa.
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Conducta: El niño la quiere tomar y al no conseguirla, grita solicitándola.
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Consecuencia: El padre se la da, con tal que no siga gritando y le dice "pero te la comes después de la comida".
Ante esta triada lo más probable es que la conducta desadaptativa permanezca y se incremente. Por otro lado, muchas veces se presentan conductas favorables con los hijos/as y las ignoramos, provocando que esas conductas se desvanezcan y desaparezcan.
En el manejo conductual se aprende a detectar y a modificar los antecedentes a las conductas, la conductas propiamente dichas y las consecuencias que suceden a las conductas.
Dentro de los antecedentes consideramos el tipo de comunicación que usamos, las expectativas hacia nuestro hijo/a, la organización de las actividades familiares y el establecimiento de reglas en casa. En relación con la conducta, es importante saber discriminarla, para poder implementar las acciones correctas de forma inmediata y consistente. Respecto a las consecuencias, éstas pueden ser agradables o desagradables, pero siempre lógicas e inmediatas. Los castigos físicos y verbales no entran dentro del manejo conductual, pues provocan el efecto contrario a las consecuencias. Por otra parte, se pueden aprender e implementar también técnicas específicas para grupos de conductas, tales como: el tiempo fuera, ignorar, moldeamiento, economía de fichas o puntos, conducta instrumental, entre otras.
Si sospechas que tu hijo/a puede estar presentando un TC, no dudes en buscar ayuda y atenderle. Lo que hagas hoy por ellos, los llevará a sus futuros éxitos. Te invito al Taller Educando la Conciencia.
Llámanos: 332 494 7826
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